Si alguien tuviera el don de cambiar el pasado, tal vez hubiéramos hecho mucho, incluso demasiado. Pero cambiar al Chavo del Ocho, ni pensarlo. Y mucho menos a la magistral interpretación del Sr. Ramón Valdez: realmente sensacional. No hubo ni habrá otra persona que realice el papel de Don Ramón con tanta entrega y comicidad que él. El Sr. Valdez es uno de los pocos actores que tienen el arte en las venas y que son capaces de hacer reir y de hacer llorar, de hacernos sentir compasión pero también oposición. Mis felicitaciones más sinceras sr. Valdez desde alla arriba desde donde nos observa. Ramón Gómez Valdez Castillo nació hace casi 80 años, exactamente en 1923. Oriundo de la Ciudad de Méxio, se casó tres veces y tuvo varios hijos, entre los cuales se encuentran Gabriela, Carmen y Aracely Valdéz. Se puede decir que su éxito más grande fue encarnar a Don Ramón ya que lo hizo conocido en paises tan remotos que el jamás imaginó. Sin embargo como podemos constatar en las series, el personaje de Don Ramón no siguió siempre en la vecindad, sino que se alejó junto con Carlos Villagrán a Venezuela para las series "¡Ah que Kico!" y "Federrico", sin embargo el éxito no lo acompañó en estas temporadas, hecho que lo hizo regresar año mas tarde al programa "Chespirito" Como muchos compañeros de la serie, luego que las grabaciones del Chavo de Ocho terminaron, empezó a trabajar independientemente, sin despegarse del personaje que lo llevó a la fama. Asi visitaba las diferentes ciudades del Interior de Mexico con su circo. Y en dos ocasiones vino al Perú a quedarse por una temporada con este espectáculo. Y grabó varios comerciales para una conocida marca nacional de turrones. (asi lo haria tambien Quico en su momento) El Sr. Valdez según dicen sus conocidos, era muy parecido al personaje que vemos en las pantallas. Gustaba de llevar ropa cómoda, era gruñón e incluso muchas de las frases que utilizaba en la serie eran parte de su vocabulario cotidiano. Asi, tal vez muchos de nosotros conocimos realmente a ese gran hombre que nos hizo reir por años y que lo sigue haciendo. Un cáncer de pulmón acabó con la vida de este gran hombre el 9 de Agosto de 1988 a la edad de 65 años. Aquí en el Perú fue muy sentida su partida pues se fue poco tiempo después que estuviera por aqui deleitando a chicos y grandes con su arte. Muchas gracias Sr. Valdez por todo lo que significó para todos nosotros, los que seguimos su trabajo. Gracias por esas sonrisas al compás de un "No te doy otra nomas porque..." y por mucho mucho más.
Ramón Valdez, Don Ramón es el típico hombre que huye del trabajo. Vago por naturaleza y por convicción propia, es el personaje eje de la vecindad del Chavo, más adelante el por qué.Don Ramón tiene 50 años y es viudo. Tiene una sola hija, La Chilindrina, quien es la encargada de poner algún trabajo en su vida: el de padre responsable. Como por arte de magia consigue dinero para mantener a su hija, pues sabido es que consigue algunos cachuelos (trabajos eventuales) que le permiten solventar algunos gastos de la casa, menos la renta por supuesto.
Don Ramón tiene un carácter muy especial. Y todo ello por la vida que ha llevado. Se sabe que es un tipo que no tiene profesión y que su esposa lo dejó con una niña pequeña. Esto provocó en él un conflicto interno muy serio: dejar de ser el eterno jovenzuelo vagabundo y convertirse de la noche a la mañana en una persona hecha y derecha. Por supuesto que no fue, y no es tarea facil para este caballero, quien tiene poca paciencia debido a la presión en la que se encuentra frente a su inestabilidad económica y personal. Detesta el ruido y a niños que se burlen de él; en otras palabras "un cascarrabias sin remedio". Incluso pareciera ser una persona amargada, pero basta analizar un poco las circunstancias por las que atraviesa para darnos cuenta que su comportamiento es comprensible (las agresiones constantes de Doña Florinda, las travesuras de su hija, el acoso de Doña Cleotilde, los golpes del Chavo, la presión por parte del Sr. Barriga, etc.)
Sin embargo, Ramón posee un recurso muy importante para hacer frente a todo este exceso de estrés: la liberación de tensión. A su manera, claro, pero eso le permite pasar la pagina tras cada evento desgraciado para el. Y Don Ramón descarga su ira y tensión de muchas formas: tirando y pisando su sombrero luego de cada cachetada, pellizcando a Quico (nótese el placer que siente al hacerlo, como que se tranquiliza) y gritando, una característica eterna. Como padre, él trata de cumplir con su mejor papel. Suele ser estricto con su hija, pero esta muy astuta, logra librarse muy hábilmente de su control. Pero en las ocasiones que Don Ramón ha ejercido su autoridad, no hay disculpas que valgan. Y la chilindrina lo sabe muy bien. Se sabe que los golpes no son la mejor forma de educar pero para él no hay otra forma, él está convencido que asi aprenden los niños. Sin embargo, tambien tiene un corazón muy noble y su hija despierta sus sentimientos más tiernos. Cuando consigue algún dinero, ella no está fuera de sus planes, recordemos las veces que le compró el libro de animales, los globos o el perrito de peluche. Es en estas ocasiones cuando el corazón de Don Ramon demuestra sus nobles sentimientos.
Sentimientos que la crueldad con la que lo ha tratado la vida no ha desterrado todavía. Con las personas, suele ser muy conversador y muy persuasivo. Definitivamente ha nacido con el don de la palabra, y su hija lo ha heredado muy bien. Es versátil y muy creativo. Decía que es el eje de la vecindad pues es el personaje por el cual se unen todos los personajes de la trama. Alli tenemos a Doña Florinda, su eterna antagonista, a Doña Cleotilde siempre dispuesta a ofrecerle su amor, Quico y el Chavo con sus golpes y travesuras, el Sr. Barriga con quien lleva una relación dicotómica, y la Chilindrina, su orgullo, aunque muy pocas veces lo ha admitido.